Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
Raquel Armstrong se fue a trabajar a la Puna como maestra primaria. El primer entusiasmo se le fue entumeciendo por las soledades y las carencias. El paisaje baldío sembrado de piedras le recordaba su sentir. A la noche, a la luz de la luna y de las estrellas conseguía el bálsamo que le permitía continuar. El alivio llegaba a su expresión máxima las noches de luna llena. Caminaba hasta la laguna cercana y se quedaba horas mirando el reflejo congelado en la superficie. Pensaba en subir a la luna aunque sea con la escalera de Calvino. Una noche y sin saber por qué, se metió en las aguas heladas para tirarse a flotar sobre el reflejo; y fue la mujer en la luna.
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ResponderEliminarDecía que, leer estas cosas, es como comer pato a la naranja :)
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